Berlin, Alemania.- Dos artistas alemanes hicieron un polémico experimento en Berlín que llevó al límite el funcionamiento de la democracia, que incluyó un llamamiento público a decidir la vida de una oveja llamada Norbert, lo que desató un gran escándalo.
Los artistas Iman Rezai y Rouven Materne, estudiantes de maestría de la Universidad de las Artes en Berlín, construyeron la obra “La guillotina” en colores brillantes e hicieron un llamado público en Internet a decidir sobre la vida del animal.
Con la pregunta “¿Debe morir esta oveja?”, se dejó la vida del animal en manos de los internautas, acompañada de un video en la que aparecía la guillotina rozando el banco de ejecución. El proyecto recibió incluso demandas judiciales.
La fiscalía de la ciudad-Estado de Berlín interpuso ocho demandas contra los artistas, acusándolos de violar la ley de la protección animal o la ley de armas y de daños materiales, entre otros aspectos. Según sus datos, los artistas incluso recibieron amenazas de muerte.
La historia sin embargo, tuvo un final feliz: tras un mes de votaciones se registraron más de 2.5 millones de votos contra la ejecución frente a unos 1.7 millones a favor.
Norbert no fue sacrificada y la obra se vendió sorpresivamente a un artista en Estados Unidos por unos 1.75 millones de euros, según la agencia de artistas The Coup.
La obra de 40 kilos fue vendida incluso antes de que finalizara el proyecto, pero el comprador permitió que se quedara en Berlín, eso sí, en un lugar secreto hasta que terminaran las votaciones por si fuera necesario utilizarla finalmente en la decapitación del animal.
Según los artistas, la intención no era poner en peligro una vida, sino proponer un experimento interactivo a la sociedad y a los medios y analizar las reacciones públicas de la sociedad. “Sólo metimos miedo a la gente durante un mes”, afirma Rezai.
Además, los artistas experimentaron llevando a la democracia al límite, poniendo en la picota numerosos proyectos cuyo único fin es agradar a la mayoría del público o cuya calidad se deciden por los votos de la mayoría de la población.
“Nosotros somos conscientes de las repercusiones de nuestra decisiones ‘democráticas’”, explica Rezai. “Continuamente se limita la libertad, si no la vida, en nombre de la democracia, la paz y los derechos humanos”.
Muchos críticos calificaron el proyecto de perverso, pero al final los artistas dieron la vuelta a todo y consideraron que las numerosas peticiones por la decapitación de la oveja son las que expresan realmente la perversidad de algunos en la sociedad.
El proyecto desató un fuerte debate no sólo en Alemania, sobre el límite del arte y el valor de la vida: ¿puede el arte ir tan lejos hasta el punto de quitar la vida?
“Ya habíamos pensado que quizá provocaríamos esto en Alemania, pero no habíamos contado con la resonancia internacional”, dijo Rezai a medios alemanes.
La universidad se distanció del proyecto. “Para nosotros es evidente que el arte tiene sus límites en el momento en que pueda dañar la vida”, dijo el presidente de la institución berlinesa, Martin Rennert.
Estas acciones al límite no son nuevas en Alemania: el fallecido director de teatro, Christoph Schlingensief, puso un cuchillo al cuello de un pollo y recién una artista berlinesa recibió una prohibición judicial que le impidió estrangular a dos cachorros de perro.
1 comentarios:
No, el arte no tiene límites. Al fin y al cabo, la utilidad del arte es estudiar, entender y reflejar la realidad de la sociedad.
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