"El Arte en un país difícil" es un artículo publicado por el Diario Semana de Colombia, donde cinco expertos fueron consultados para escoger la obra plástica, que según cada uno, mejor representa los últimos 30 años en Colombia.
Santiago Rueda (crítico de arte) dedujo que la obra más significativa para él era "El Patrón" 2006
La obra más relevante de estos últimos 30 años, la más sintomática, es El Patrón, de Carlos Castro, un retrato en piezas de Lego de Pablo Escobar con una pistola al cinto y un fajo de billetes. Atrás de él un cuadro de Fernando Botero. Así Castro resume 30 años de una sociedad avasallada por el fenómeno ‘narco’, como también las principales ideas y temas del arte colombiano en este periodo: la ironía y el humor, la política, y el ‘apropiacionismo’, en este caso de la obra de Fernando Botero.
Jaime Cerón Silva, crítico de arte por su parte dice que "Atrabiliarios" de Doris Salcedo (1991-1992) es la que mas acierto tiene con la pregunta.
Es una obra que surgió del análisis de la desaparición forzada en Colombia y su relación con el desplazamiento interno que tiene como consecuencia el abandono de las tierras, el objetivo que persiguen los autores de los actos de barbarie. La obra se centra en generar una experiencia que llama la atención sobre el duelo que producen estos procesos y que intenta devolver, simbólicamente, la dimensión humana que involucra.
Eduardo Serrano, curador y crítico de arte escogió "Papaver Somniferum" de Juan Fernando Herrán 1997-2003, y argumenta que:
La obra pone el dedo en la llaga al señalar la fuente de la mayoría de los conflictos de Colombia y expone la doble moral, los criterios acomodaticios y los prejuicios en lo referente al tema de las drogas. Es producto de una investigación seria sobre la amapola, de comparaciones con referencia a su tratamiento en otros países, de seguimientos sobre las consecuencias de su producción, consumo y persecución, de los efectos políticos y económicos de su mercadeo y de las consecuencias sociales de su cultivo.
"Musa Paradisíaca" de José Alejandro Restrepo (1996) fue la citada por Natalia Gutiérrez Echeverri, maestra en teoría e historia del arte.
Una videoinstalación con más de 20 racimos de plátanos colgados del techo. De sus flores colgaban televisores que se reflejaban en círculos de espejo en el piso. En algunos se veían imágenes de las masacres de Urabá. En otros, una pareja desnuda evocaba a Adán y Eva. Una obra para no olvidar, sobre todo en este momento, cuando en las zonas de mayor biodiversidad se instalan cercos de protección al capital y paradójicamente se asientan también la violencia y la exclusión.
Y la ultima pregunta fue para Carlos Salas, pintor y director de la revista Mundo, que citó "Gran telón" Luis Caballero 1990.
Hace 22 años, en la galería Garcés Velázquez, Luis Caballero dibujó sobre una inmensa tela una serie de personajes entrelazados y en estado agónico. Este acto lo volvió público al invitar a espectadores, fotógrafos y cineastas a presenciar su realización generando nuevos diálogos entre la obra y el espectador. La violencia y la sexualidad que han marcado las últimas tres décadas están presentes en este trabajo que se liga distintos momentos de la historia del arte.
El diario EL TIEMPO ha dedicado también unas paginas al tema del Arte y la Violencia en un articulo donde cita a un grupo de Artistas colombianos que cuestionan la violencia armada con obras que hacen referencia directa a los grupos armados que actúan en el vecino país.
Ha habido maestros con trabajos que se volvieron clásicos como Obregón con su cuadro Violencia y el ya icónico David, de Miguel Ángel Rojas, un soldado mutilado por una mina.
También las 280 sillas que Doris Salcedo colgó en dos fachadas del Palacio de Justicia, como una referencia al asalto efectuado en 1985 por el M-19 y la posterior recuperación por el Ejército.
Pero la violencia que no cesa sigue produciendo en los artistas acciones plásticas . Acá algunas de las muchas que han sido producidas recientemente.
Boris Pérez
Cilindros en cartón corrugado
Trata el problema de los cilindros-bomba que suelen usar las Farc en poblaciones durante sus ataques. La obra fue expuesta en la sede de la Alianza Francesa, en París, entre otros lugares.
"Considero que un artista está inmerso donde le toco vivir y tiene que tocar el tema del lugar donde nació. El artista tiene un compromiso social y tiene que tratar lo que vive. Mostrar qué piensa la gente. El artista tiene que intermediar. No se trata de maquillar con la estética ni de ser directo, pues esto ya lo hace el periodismo, sino de mostrar lo que pasa lo muestra desde otro punto de vista".
Gráfico sobre pared
Henry Güiza
"Obra que conceptualizan la problemática del país con la violencia de los grupos armados. Tiene muchas interpretaciones. Se llama Marca registrada porque las Farc se convierten en una marca en la mente de los colombianos. Pero también habla en otro sentido y es que la "r" muestra como un grupo armado de origen izquierdista se convierte en una empresa con características no comerciales, pero que contradice su origen", dice el autor.
"El copyright garantiza que a un autor no le violen los derechos. Cuando uno tiene los derechos de algo, es dueño de lo que hace. En el caso de las Auc ellos son los dueños de sus acciones de sus asesinatos y barbarie son los propietarios de eso".
'Quiebrapatas'
Performance
Fernando Pertuz
Entre el 2001 y el 2003, como parte del proyecto Pentágono (auspiciado por el Ministerio de Cultura) el artista se vistió como un soldado que había perdido un pie al pisar una mina. Hizo su performance en calles céntricas de Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Cali. Así recogía firmas de transeúntes para expresar un no a la guerra, y contra los secuestros y demás hechos violentos. "Queremos que en Colombia exista una ley que elimine el uso de las armas, incluyendo a todos lo grupos guerrilleros, personas independientes y las Fuerzas Armadas".
Con respecto al porqué hace este tipo de obras, dice: "Uno tiene que estar al lado de su país, todos juntos con las leyes y las normas. Nadie puede pasar por encima de eso".
Pintura.
Luis Fernando Arango
La obra fue la ganadora del Primer Salón Bat de Arte Popular, en el 2004. De su trabajo, el artista, un ex guerrillero del M-19 reinsertado, dijo en ese momento que expresaba "el silencio y el dolor de la guerra, la angustia de las víctimas y la desolación de los campesinos colombianos (...), la dificultad de ser colombiano: los ricos porque temen el secuestro y los pobres porque no tienen cómo subsistir, la vulnerabilidad del ser humano por sobrevivir, el acoso del inconsciente, el rechazo a la violencia y a los medios de poder".
Juan Ospina
Juego para internet
Según explica su autor, sus juegos para Internet, que reconoce macabros, muestran hechos violentos de la guerra en Colombia. En ellos, guerrilleros lanzan pipetas y secuestran y paramilitares asesinan civiles.
"Estos juegos solo quieren ilustrar una realidad enferma, dolorosa y sin esperanza. Quiero mostrar la sevicia y premeditación, la forma en que los seres humanos nos convertimos en mercancía, objetivos militares y fichas sin autonomía en el tablero político de otros, y preguntar al espectador: ¿de verdad el fin justifica los medios? ¿Qué es lo romántico en la guerra, las revoluciones y las contrarrevoluciones en nuestro siglo? ¿En qué nos convertimos los colombianos? ". (www.piterwilson.com/games/)
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