"No podemos permitirnos crear un arte contemplativo que sea sólo para el disfrute"
¿Pueden el arte contemporáneo, el activismo social y la lucha por mantener con dignidad las labores y la cultura del campo darse la mano? Pueden, y en ninguna persona lo hacen como en Fernando García Dory, un artista difícil de clasificar que el pasado 16 de octubre recibía en Nueva York el prestigioso Premio Leonore Annenberg que otorga anualmente la organización Creative Time por su compromiso social, especialmente con el medio rural y las zonas más despobladas y olvidadas. García Dory, aunque madrileño de 1978, está íntimamente ligado a las comarcas leonesas, no en vano dirige la Escuela de Pastores de Picos de Europa y aquí ha impartido infinidad de charlas sobre trashumancia y relevo generacional en la agricultura y la ganadería.
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Fotografía perteneciente al proyecto
‘Una Escuela de Pastores’
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Creador del ambicioso proyecto
"Campo Adentro", García Dory, que acaba de participar en la última edición de la feria internacional Documenta 13 de Kassel, explicó que haber recibido el Leonore Annenberg ha supuesto para él «un reconocimiento, pues no lo esperaba, y también una responsabilidad. Me ha sorprendido la repercusión que ha tenido. Todo el mundo del arte atiende a las propuestas que se fraguan en en ese campo, y me corresponde ser el primero en la crítica y en la exigencia. No hay soluciones únicas ni fáciles para definir un arte útil hoy».
Pero, ¿un arte útil? ¿A qué se refiere Dory exactamente con esa expresión? «Pienso que a veces se dedica mucha energía a la crítica, protesta, o denuncia, en la forma de reacción a las decisiones que los grupos de poder van tomando —detalla—. De esa forma vamos siempre a la zaga. Si en vez de criticar a los bancos, por ejemplo, pusiésemos en marcha sistemas de crédito e inversión local, y circuitos de comercialización, de pronto se darían cuenta que no tienen ya el poder y apoyo que hasta ese momento les otorgamos». Además «El arte siempre ha tenido una función social, pero en el momento en que vivimos de crisis social y ambiental es más necesario por parte de todos los agentes sociales y culturales esforzarse en buscar y dar un sentido a su actividad. No podemos permitirnos crear un arte sólo contemplativo, que busque el goce de los sentidos y que sea sólo para el disfrute. Es necesario intervenir en el mundo y poner toda nuestra energía en él».